viernes, 24 de mayo de 2013

LOS POETAS "MAXI REY" Y "ANA MONTOJO", CIERRAN EL CURSO DEL GRUPO LITERARIO "TINTAVIVA" DE LA CULTURAL TELEFÓNICA DE MADRID

                             Ana Montojo                      Julia Gallo                              Juan Calderón                         Maximino Rey                                                                            


RECITAL  MAXI REY, EN EL ESPACIO “VERSOS A-PALABRA 2” DEL GRUPO LITERARIO TINTAVIVA-CULTURAL TELEFONICA DE MADRID 
20.05.2013  -  FIN DE CURSO.



CURRÍCULUM

Maxi Rey.

Nacido en Benamariel (León, 1942).  Casado. Residente en Madrid.

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. PNN luchador, Agregado y Catedrático de Lengua y Literatura Española; dio clase  23 años en el IES “Silverio Lanza” de Getafe, donde ha tenido compañeros que le han ayudado con su comprensión a desarrollar programas creativos en el aula.

Pertenece al grupo que ha realizado el Proyecto Cíceros: página web del MEC con material de apoyo sobre lengua española para la educación no universitaria.
También ha participado como tutor en el Proyecto Oasis, plan piloto europeo para introducir las TIC y todo tipo de herramientas multimedia en las aulas.

Asistencia a congresos: semiótica (Roma; dirigido por Humberto Eco), Max Aub (El Escorial), prensa y educación (Huelva).

Escribe poesía, narraciones, teatro y colabora en prensa y revistas. Lee sus poemas en ilustres tertulias, le han premiado sus narraciones y representado sus obras dramáticas.

Buen conocedor del mundillo literario de Madrid, ha sido también cliente habitual de locales de jazz de Madrid y ocasional de París y Londres.

Lo más característico es su hobby de grabar con una cámara de vídeo que siempre lleva al hombro. Aunque la mayoría de sus temas son literarios, dedica mucha atención a motivos populares.

Actualmente dedica la mayor parte de su tiempo a realizar montajes a partir de estas grabaciones: Visita al ciprés de Silos (viaje en dos autocares llenos de poetas), Tertulia Rafael Montesinos (poetas de los años 40), Tertulia Rafael Montesinos (poetas del grupo del medio siglo), Tertulia Rafael Montesinos (60 aniversario de la Tertulia), Poemas del mar de Ángel González, Homenaje a Victoriano Crémer, Carlota Cuesta (sobre la obra de esta pintora), Sinodal de Aguilafuente (Segovia; primer libro impreso en España), poetas en You Tube, bodas familiares, fiestas, procesiones, manifestaciones, viajes.


POEMAS



(Maxi Rey, De “Escuela de mujeres”, Madrid, 2011)



1. El hombre que viene de lejos

1.1.
No sigas al hombre que viene de lejos
y te habla de la fuerza de la tierra,
desde el agua turbia de tu alma.

No lances tus secretos al aire,
deja que el paso lento de las horas
distraiga al viajero sobre la colina verde.

Él ha captado en sus palabras de saludo
tu rápida fascinación por su presencia.

Antes de mirarte y decirte “hola”
ha mirado el sol de la tarde
y la hierba sobre la que se apoyan tus pies.

1.2.
¿Qué hombre no se ha visto arrastrado
por el remolino de una melena negra
guardada entre unos ojos verdes
y unos labios ansiosos llenos de energía?

¿Qué mujer no se ha visto atrapada
por el torso luminoso del hombre
que yace tumbado una tarde bajo el sol de la playa?

De situaciones así llevo varias cicatrices.
La primera fue cuando tenía 19 años:
un profesor me recomendó leer la Odisea y la Eneida;
quedé subyugada por la pasión amorosa junto al mar:
en una isla, Calipso retenía a Ulises en medio de placeres lujuriosos;
en Cartago, la reina Dido se suicidaba ante la huida de Eneas.

Un hombre me tuvo secuestrada durante un largo año
por una fuerza irresistible que magnetizaba mi persona
durante todo el día y la noche.
No necesitaba verlo ni sentir su perfume,
tenía tan clara su imagen que solo quería que me acariciara.
Me dejé llevar por lo que era claramente una locura.

Intenté alejarme borrando su imagen inquietante
de la tierna pantalla de mi imaginación
cuando caminaba abstraída por la calle,
cuando no podía dormir acostada por la noche.

Tapé mis oídos con la cera de los auriculares de un MP3,
Até mis horas y días de ocio a duras lecturas
de libros que no hubiera leído nunca,
a viajes sin fin por el campo y la playa.
Todo en vano, el canto era más fuerte que yo.




11. La fuerza de la naturaleza (III)

11.1.
No analices las palabras de un hombre desconocido
que te hace sentir el fuego de la piedra
bajo tus pies, la savia primaveral de las plantas
en las fuentes de la vida de tu vientre.
No son más que palabras
mientras el sol restalla sobre tus hombros desnudos.

Déjalo y vete con tus amigas
que te esperan para el descenso
hasta el valle herido por el ferrocarril.

11.2.
He sentido el fuego de la piedra,
he utilizado con pasión la palabra
en las grandes decisiones de la empresa,
en las entrevistas de mis viajes a países asiáticos.

He luchado contra las oscuras fuerzas de la mentira
en las declaraciones a la prensa sobre los proyectos.
He asumido la responsabilidad que me corresponde
en las malas operaciones y desastres económicos.

He sentido el frío de hombres importantes
en las deliberaciones del consejo de administración.

La savia, el fuego, el sol
que me trae el hombre desconocido
son míos, crecen en mí, solo míos,
aunque no se vean, por haber sido destrozados
en la soledad de los aeropuertos.

VÍDEOS





RECITAL DE ANA MONTOJO , EN EL ESPACIO “VERSOS A-PALABRA 2” DEL GRUPO LITERARIO TINTAVIVA-CULTURAL TELEFONICA DE MADRID 
20.05.2013  -  FIN DE CURSO.
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Suelo decir que escribir poesía y hacer nudismo, viene a ser lo mismo. Ana Montojo es un claro exponente, se desnuda en cada verso y muestra lo que siente con absoluta sinceridad.    

Nuestra invitada cuenta que se inició en la poesía en el año 93, en el taller que Enrique Gracia impartía en la Casa de Cultura de Majadahonda. Ana dice que ahí empezó su contacto con el verso, como “vehículo para expresar cualquier tipo de alteración anímica”, ¡y vaya si lo logra!

Madrileña, poeta y novelista, pertenece al grupo “Hazversidades poéticas”, Asociación de escritores y Artistas españoles y Escritores en red.

En el 98 gana el premio de poesía de mujeres “Carmen Conde”, de Majadahonda, por el poema Cuando vuelvas, dedicado a su hijo fallecido a los ocho años.

En 2010 su poemario La niebla del tiempo obtiene el premio “Blas de Otero”, del Ayuntamiento de Majadahonda.

Desde el 2012 pertenece al grupo “Hazversidades poéticas”, que dirige Jaime Alejandre; en marzo del mismo año engrosa la colección de poetas Hazversos, dirigida también por J. Alejandre y editada por Cuadernos del Laberinto.

Ha participado en la antología de mujeres Enésima Hoja, compendio de poemas de 34 poetas, en el que me honra hallarme.

También en el mismo año Ana  Montojo forma parte del elenco de autores en el cuaderno Poesía en diciembre 2012, del Grupo Literario Tintaviva de Cultural Telefónica de Madrid.

Su poesía, generalmente de verso blanco intimista, catártico y visceral…, conquista, porque nos vemos reflejados en ella. Los poemas de Ana Montojo hablan por sí solos, sin necesidad de bisuterías, son desgarrados y perturbadores. Su lenguaje sencillo ensambla a veces conclusiones de suma agudeza que ilustran lo que la poeta quiere confesar, manifestar y compartir en un desahogo necesario de vivencias universales, cotidianas y de todos.

Ana Montojo nos presenta hoy una muestra de su último libro Plantas de interior (120 páginas, publicado por Editorial Cuadernos del Laberinto, poemario bello también por fuera como todos los libros que hace la editora, Alicia Arés).  

Dice Enrique Gracia de Ana Montojo en su prólogo: “…es una de las mujeres que se nos aparece con más derrotas por centímetro cuadrado y más coraje para sobrellevarlas, para convertirlas en literatura que es una forma de transformarlas en victoria”. No se puede decir ni más, ni menos, ni mejor, salvo que no se queden sin este libro en sus estanterías, es terapéutico; leyéndolo uno se siente acompañado, consolado, identificado, porque todos salimos a flote de igual modo en la quimérica corriente de los sentimientos.

Plantas de interior, metafórico y sugerente título que ya invita a adentrarnos en la maraña de su ecosistema, consta de tres partes: Crónicas del despropósito, Caótica desmemoria y Cartas al hijo.
En Crónicas del despropósito y Caótica desmemoria, casi todos los versos van encabezados por citas de diferentes autores.
De Cartas al hijo, me permito reproducir unos versos, más persuasivos que cuanto yo pueda decir:

Ocho años son pocos para irte
a recorrer la eternidad tú solo,
sin permiso, dejando
solo en la noche el pato de peluche
y, por si fuera poco, se ha quedado
encendida tu risa,
resonando en todos los rincones de la casa.

Con todos nosotros, Ana Montojo.




EL VUELO DE LOS PÁJAROS
No sé cómo seguir el vuelo de los pájaros
si el viento no me sopla por la espalda.
No brillan las estrellas en mi pecho
si se apaga la luz en mis afueras.

Hoy quiero compartir con todos mis iguales 
el hogar donde habito:
el cielo que me cubre
y la tierra sobre la que reposo.

Creo en la buena gente que se enfrenta
en cada amanecer a la injusticia
a pecho descubierto.

Creo en el ser humano
porque a pesar de todos los pesares
sobrevive a la insidia
                                   casi siempre.




MAÑANA

He aprendido a vivir el momento presente
disfrutando o sufriendo, según toque.
Y es que las cosas tristes me ocurrieron
hace un millón de años,
ya no me importa nada lo que venga.

Esto debe de ser algo muy parecido
a la decrepitud irrevocable,
pero me da lo mismo si mañana
no existo, mal que bien
creo que he terminado mis deberes.

Amarnos es un lujo
que tal vez no podamos permitirnos,
-qué le vamos a hacer, más se perdió en la guerra-
la tristeza se cura con el tiempo;
lo que no tiene cura es mi manía
de soñar lo imposible.
                                     Afortunadamente.

Y este afán insensato
de agarrarme a una vida
empeñada en echarme de su lado.
CONTIGO, SIN TI
Amo a a mi soledad
tanto como la odio; tú ya sabes
que no puedo aguantarla algunos días
mas otros se me vuelve indispensable.

Porque a veces agota repartir los quereres
y llorar con las lágrimas ajenas.

Quiero decir, en fin, que estamos solos,
cada cual con su historia intransferible,
aunque necesitemos escuchar otras voces
y el cuerpo nos reclame,
                                         irremediablemente,
que nos amemos sin hacer preguntas.   

Quiero decir que hay cosas que son de cada uno
y es bueno que así sea.
Y que el amor más grande
es el que sabe retirarse a tiempo.

Quiero decir que el verso
que escribí ayer y era tan importante,
hoy me parece tonto
porque no deja claro que te quiero
a pesar de que haya algunos días
-o tal vez sólo un rato-
que me abrazo a mí misma y tú me sobras.

Y decirte también que esto es muy raro,
que no puedo entregarte
esa parte de mí que se me escapa
en cuanto me descuido.

Y que, seguramente, es la que tú más amas.




EL CAMINO
Tengo aún muchas tardes que he guardado
(sin que lo sepa el tiempo)
donde el tiempo no llega a hacer limpieza.
(Manuel Cortijo Rodríguez. Memoria de lo usado)



Creo que he recorrido dos tercios del camino

-acaso más, quién sabe-,
lo que no ofrece duda
es que es mucho más largo
lo que he dejado atrás
que la exigua distancia que tengo por delante.



El último recodo

lo doblé hace ya mucho,
                                  sin embargo
afronto lo que queda
con una extraña mezcla
de miedo y confianza,
sabiendo que me espera más dolor que alegría
pero sin renunciar a un minuto siquiera
del tiempo que me toca.



Porque soy la que soy por todas esas tardes,

madrugadas o noches
a las que no alcanzó la escoba de los años
y dejaron su rastro en mi memoria.



Y vendrán otros días,

armados con buriles de tristeza, de ausencias,
y quizá de algún rato parecido a la dicha
que grabarán más surcos en la piel de mi alma.



Para que cuando llegue al final del viaje

-que no puede estar lejos,
pues la cronología no gasta en miramientos-
sea un mapa de vida
con todo lo que guarda esa palabra.



NOCHE DE PIEDRA

Quizá si alguna vez me hubieras dicho
lo que tanto esperé que me dijeras
no te hubiera creído
                                 y sin embargo,
hoy, que ya no me puedes decir nada,
me ha dado por pensar
que tú también me amaste.



Porque vivimos juntos muchas cosas

y a los dos nos mojó la misma lluvia.

Vimos amaneceres imposibles,
contemplamos las fases de la luna,
escuchamos atentos a los grillos
y enmudeció su canto nuestra boca.



Recorrimos idénticos caminos

en dirección opuesta, nos cruzamos
y no pudimos desandar lo andado.

Y guardamos silencios elocuentes
apenas sin rozarnos;
                                  también juntos
a través de distancias insalvables
vimos cómo la vida
se nos iba escurriendo entre los dedos.

Yo no me daba cuenta
del frío que me helaba aquella noche
de piedra silenciosa.
                                  Sólo sabía
que no habría otras noches como aquélla.



Hoy

me ha dado por pensar que me quisiste
y va para dos años que estás muerto.
TAXI
Cuando la noche ataca por la espalda
nunca aparece un taxi.

Suele llover apenas, mansamente,
y me voy empapando sin sentir
de una humedad ambigua
que casi siempre viene del pasado.

Las penas se derraman por el suelo;
yo voy pisando charcos de memoria
y me río a lo tonto.

Y también el asfalto
parece que se ríe. No hace frío.


Una siente que ama porque sí,

porque es de noche,
porque huele a verdad y a despedida.


Nunca aparece un taxi

cuando la noche ataca por la espalda.



VÍDEOS











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