viernes, 9 de marzo de 2012

BLAS MUÑOZ PIZARRO EN LA TERTULIA DEL GRUPO LITERARIO TINTAVIVA "VERSOS A -PALABRA 2" (MADRID 13 DE FEBRERO DE 2012)


BLAS MUÑOZ PIZARRO
 EN LA
TERTULIA DEL GRUPO LITERARIO TINTAVIVA
DE CULTURAL TELEFÓNICA DE MADRID

Buenas tardes, queridos amigos y amantes de la poesía. Es un honor y un verdadero placer poder acercarles hoy a la persona y obra de un extraordinario poeta, al que además tengo el privilegio de llamar amigo. Les estoy hablando de Blas Muñoz Pizarro, que ha tenido la gentileza de desplazarse desde Valencia, lugar donde reside, con el único propósito de regalarnos una muestra de su poesía. Blas, licenciado en Filología Hispánica, se ha dedicado a la docencia como Profesor  de Latín. Desde muy joven se siente atraído por la creación literaria, y con 28 años obtiene su primer premio, el Nacional de Poesía "José Antonio Torres". Diez años más tarde ve publicado su primer poemario Naufragio de Narciso (1971-1973) becado por el Ayuntamiento de Valencia.
Tras estos primeros logros, sus responsabilidades laborales y familiares le obligan a hacer una parada creativa que se prolonga hasta el año 2007. Durante este largo periodo, Blas, quizás sin darse cuenta, va embalsando el agua de su creatividad, que poco a poco crece hasta convertirse en pantano de grandes proporciones. En sus profundidades nacen poblaciones de fantasía, íntimamente unidas por secretas rutas.  Blas, al zambullirse, iba recorriendo la ciudad de los sentimientos, la de las metáforas, la de las imágenes, y en cada nueva inmersión adornaba con guirnaldas de versos las fachadas de templos y edificios. Así, año tras año, con  precisión de relojero y sumisión de geisha, consiguió levantar ese imperio bajo el agua, que tan sólo aguardaba su señal para romper compuertas y bañar su vida. El día que Blas, ya libre de cargas, decidió encauzarlas por las riberas de su pluma y dejarlas en libertad, las campanas tocaron a alegría y pudieron contemplar desde lo alto el río caudaloso que se extendió a lo largo de España. A bordo de su onírico barco, el poeta va llegando a los hermosos puertos de los premios. Por ser interminable la lista no vamos a mencionar todos aquellos en los que se leía el cartel de Finalista, Tercero o Segundo, pero sí que nos detendremos en aquellos otros donde decía: GANADOR.  En el año 2007 arribó al primero de esos puertos, en Madrid, el de Relatos del 7º Concurso Literario de la UDP, con su creación "La caracola". El año 2008 fue de frenética actividad viajera, siendo muchos los puertos a los que recaló para recoger laureles. En Valdemoro fue el del 8º Premio Aula de Poesía 'Pedro Antonio de Alarcón'. En Villarrubia de los Ojos recogió el 14 Certamen Nacional de Literatura. En Barcelona el 10º Certamen Literario de la Fundación AMIBA. Y en Petrer el 13 Premio 'Paco Mollá' de Poesía. También el año 2010 llegó cargado de satisfacciones, así en Valencia el 52 Certamen Poético 'Fiesta de la Primavera'. En Madrigal de las Altas Torres el 20 Premio de Poesía 'Fray Luis de León'. En Madrid el 2º Certamen de Poesía 'Poeta Juan Calderón Matador', ¿de qué me sonará a mi este señor? En Zaragoza el Premio 'Miguel Labordeta'. Y de puerto en puerto llegó el año 2011.  En Álava el 21 Certamen de Poesía 'Ernestina de Champourcín'. El 8º Certamen Internacional de Poesía 'Memorial Bruno Alzola García'. El 5º Certamen Literario de Poesía 2011 de Alfambra. Y finalizó su recorrido, por ahora, en Arcos de la Frontera, con el 58 Premio de Poesía 'Alcaraván'.
La mayoría de estos premios han sido publicados en libro. La bibliografía de Blas Muñoz comprende, entre otros, los siguientes títulos, La mirada de Jano, editado por Agua Clara, en Alicante, 2009; El que silba entre las cañas, Ediciones Cardeñoso, Vigo, 2010;  La caracola, también en Ediciones Cardeñoso, 2011; La herida de los días, Gobierno de Aragón, 2011; y Viva ausencia, Diputación Foral de Álava, 2011. 
Sería mucho más lo que podríamos añadir sobre Blas Muñoz, pero el tiempo es escaso y lo importante es escucharle a él, seguros de que no les defraudará. Solamente añadir que al finalizar el acto, junto a la puerta de entrada habrá un lugar donde poder adquirir algunos de sus libros. 
Y a ti, Blas, queremos agradecerte tu presencia esta tarde con nosotros, que enriquece la ya larguísima trayectoria de esta tertulia del Grupo Literario Tintaviva. Bienvenido. 
                                                                                        Juan Calderón Matador
Madrid, 13 de Febrero de 2012  

    
Poemas de Blas Muñoz Pizarro leídos en “Versos A-Palabra-2” 
el 13 de febrero de 2012



(De “Naufragio de Narciso”, 1981)


CONSUMACIÓN
ABRE tus ojos más allá de nosotros dos
y mira, contempla el mar: Bajo sus aguas
el misterio permanece. Así tu amor, tanto
naufragio, tanta sed. Ah, hondura sin medida.
La esperanza aquí no vale, sueños veladores.
Indeciso nadador, que no se atreve
a tanto augurio en oleaje, 
sobre las insomnes arenas permanezco.
Bajo la luna ruedan su giro eterno
las aves de la noche. Sin fin,
sin fin la madrugada.
                            Amor, amor, mira.
Mira cómo nace la vida, cómo acontece el resplandor
de ese tu cuerpo blanco, ágil, vivísimo,
que a mi lado adolece no sé de qué,
mas no de entrega, de ofrecido reposo.
Que no.
Que no pasen jamás las horas,
este cálido aliento que llega de las islas.
                                                       Y cerrar,
sumir los ojos. Y ya no ver. Oír en cambio. Oír
el lejano clamor del torbellino, la trompa
funeral de las mareas, los reclamos abisales
que a sumergirnos convocan.
                                         Besarte aquí, besarte
ciegamente mientras por las dunas rodamos
y nuestros cuerpos caen y se ciernen y dudan y flotan y al fin
sin fin
  se precipitan.



(De “La mirada de Jano”, 2009)

PALIDECIDO espacio
de unos verdes velados
por unos grises fríos.
Solos, yo y un paisaje:
un camino entre prados;
la lluvia; y el silencio
del peso de las nubes.

La tenue veladura
que igualaba contrastes
fue luz y transparencia
bajo el pincel. Después,
los años extendieron
el humo de su espátula,
su pátina en el lienzo.

En su desolación,
la desnudez del cuadro
impregnaba la neutra
tristeza de la sala.
Mi presencia se hacía
necesaria al vacío,
como su negación.

A punto estuve entonces
de aceptar la renuncia
de quien se sabe herido
como el brillo del cuadro
por la usura del tiempo.
(Pero huí del museo.
Salí. Cerré la puerta.)

(Verde)

(De “El Limonero de Homero”, 2010)

ESTACIÓN DE TÉRMINO
(Finalista y accésit de los Premios del Tren “Antonio Machado” de Poesía  2008, de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, Octubre 2008)


Días hay con instantes no esperados
donde el afán ajeno se aleja de nosotros
y en la distancia permanece
suspendido.

El eco sólo de una voz,
la luz fugaz de una mirada
o un nombre de sonido indescifrable
reverberan de pronto en la conciencia
y se encienden por dentro
como esos gránulos de polvo
que en la sombra destellan
cuando un rayo de luz los eterniza.

Aquí, en el centro mismo de la prisa,
bajo el metal oscuro de un cielo abovedado,
nada sucede alrededor de mí
mientras sucede.
                          Sólo ahora, como entonces,
en esta indefensión o en ese simulacro
con que otras veces vino a visitarme,
puede herirnos de nuevo el mortecino
fulgor de la memoria,
ese dedo de sal que hurga en la huella
de un dolor, de una ausencia, de un vacío.

Estoy en un andén al que he llegado
sin saber dónde ir, tan a deshora
que podría inventarme algún destino
con la urgencia impostada de quien sabe
que, a mis años, un hombre necesita
creer en un lugar al que llegar
para partir de nuevo hacia el olvido.

Estoy en un andén en el que estuve
silencioso y de pie junto a los míos
cuando aún estaban
cogidos de mi mano
sin poder impedir que se me fueran
cada uno en su tren,
                               siempre de noche.

Cada uno en su tren, como estas sombras
que por mi lado pasan sin mirarme.

Cada gesto es un nombre,
cada forma de andar, de ceñir la cintura
o de encoger los hombros
es forma de otra forma y es dibujo de un nombre:
disuelta en claridad, cada figura
se subsume en la distancia de mis sueños.

Rehenes de la luz que los recorta
contra una fuga de traviesas y raíles,
hacia su tren caminan los viajeros.
La embocadura ofrece al fondo
un sur de descampados,
un telón de desagüe de vagones y vidas.

Este tren va a partir y yo me quedo
de pie en esta estación
que es término y principio,
de todos los adioses:
lugar que sigue siendo símbolo de la vida,
metáfora del mundo, trasunto de la muerte.

Tal vez aún quede tiempo
para que, de la calle,
saliendo de las sombras, alguien llegue en silencio
y me toque en el hombro,
y me coja la mano como un hijo la coge
y me diga:
                    “No es hora todavía
aunque es muy tarde ya.
                                       Vamos a casa”.

(De “Viva ausencia”, 2011)


SEMANA SANTA EN GRANADA


Duele la noche a martirio
de lirio en un agua oscura.
Federico, con un  cirio

en su mano diestra, llora
al Jesús de la Amargura.
Con la izquierda, y a deshora,

abre y cierra un abanico
de versos y de arrebatos.

Algunos ojos beatos
inmolan a Federico.


(De “La herida de los días”, 2011)


EL OTRO NOMBRE DE LA ROSA


Se rompe lo más frágil con tan sólo
nombrarlo, y no hablo del silencio puro
que duerme en su cristal estremecido
como el agua callada del estanque

sino de la verdad, esa insistencia
que en cada cosa anida, inaccesible,
esperando su nombre, nunca dicho,
desde su propio ser, en su mandorla.

Cuando decimos flor, ¿decimos rosa?
Y si decimos rosa, ¿qué decimos:
la flor que, invicta, vemos, en su tallo 

o el nombre de un concepto insuficiente?
No sé, pero al decirlo nos decimos
(quien sólo dice yo, dice su nada).


(21 de abril)


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CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN "EL TRAZO Y LA PALABRA"