miércoles, 2 de octubre de 2013

GRUPO LITERARIO TINTAVIVA: APERTURA DEL CURSO 2013 - 2014, CON LA INTERVENCIÓN DE LOS POETAS NATIVIDAD CEPEDA Y ALFREDO VILLAVERDE, LUNES 14 DE OCTUBRE DE 2013 A LAS 18,30H. SALÓN DE ACTOS DE CULTURAL TELEFÓNICA DE MADRID, PLAZA DE CRISTINO MARTOS, 1 ESQ. CONDE DUQUE.


Julia Gallo                   Alfredo Villaverde                   Natividad Cepeda                   Juan Calderón




INAUGURACIÓN DEL CURSO “GRUPO LITERARIO TINTAVIVA”, CON LOS INVITADOS NATIVIDAD CEPEDA Y ALFREDO VILLAVERDE  - 14 DE OCTUBRE 2013



Agradecemos la compañía del público que nos visitó el pasado lunes 14, fecha de inicio del curso 2013 / 2014 del Grupo Literario Tintaviva de Cultural Telefónica – Madrid. Gracias a la Institución Cultural Telefónica por su apoyo, a su Junta Directiva y a su Presidenta Maribel Marrodán Gil.

Nuestra gratitud a las magníficas voces poéticas de los invitados: Natividad cepeda y Alfredo Villaverde, que abrieron el curso con sus  particulares racimos de versos, muy aplaudidos.

Como novedad, estrenamos el I certamen de Ilustración “Grupo Tintaviva”, convocado del 15/07/2013 al 15/10/2013, cuya entrega de premios coincidirá con la presentación del Cuaderno de Homenaje POESÍA EN DICIEMBRE 2013 el último mes del año, al estar interrelacionados.  Os informaremos.

Siguiendo con los agradecimientos, y dando comienzo ya al recital, agradezco a Natividad Cepeda, en nombre de mis compañeros y en el mío propio, que haya venido a ofrecernos este recital, cuando precisamente esta tarde se celebra en  Ciudad Real la inauguración de la exposición dedicada a la vida del joven Ismael Molinero Novillo, en vías de canonización, y Natividad es Secretaria General de la Asociación para la Causa de Beatificación y Canonización de este Siervo de Dios.

Nuestra invitada de hoy  nace en Tomelloso (Ciudad Real), donde es querida como persona y reconocida como escritora.

Narradora, poeta, articulista y ensayista, su obra está incluida en numerosas antologías  y revistas literarias como Antología Nueva Poesía Hispanoamericana; La Mancha, tierras de mar sin mar; Gotas de esperanza, Muestra Siglo XXI de la Poesía en Español de Prometeo, Universo Narrativo, El Quijote entre todos, AACHE Ediciones Guadalajara/ Toledo, El Pulso de Tomelloso, etcétera.

Colaboradora en diferentes medios periodísticos, lo es también de la Real Academia de la Historia en el Diccionario Biológico, así como en otras tantas difusiones literarias, nacionales e internacionales, tanto en soporte papel como digital. Ensayos suyos han sido publicados en las revistas: La Alcazaba, Tres i dos son cinc y Fondo Documental de Prometeo.
Es autora de las obras: Poemas para un hombre, Pliegos ´Emaús´ de Poesía. Sólo creo que llueve, Palabras desde el silencio. Memorial de Amor y Leyenda  y En esta tierra alta de viñedos, su reciente y hermoso poemario.

Natividad Cepeda cuenta con las distinciones: Dama Andante, Asociación Cultural Quijote  2000, Dama del Capítulo de Nobles Caballeros y Damas de Isabel la católica, Molinera de Honor  de Campo de Criptana; Dulcinea de la casa de la Torre - el Toboso, Embajadora del Común de La-Mancha, Tomellosera del Año, por la Casa de Castilla La- Mancha en Madrid, Académica Correspondiente de la Academia de la Hispanidad, y en 2011 la Asociación Prometeo de Poesía le otorgó Diploma de Excelencia.

Gestora de actos literarios e incansable promotora cultural, ha ofrecido numerosos recitales y ponencias por nuestra geografía y fuera de ella. En su inquietud por acercar la cultura y literatura, en ocasiones hasta como lenitivo terapéutico -que lo es-, cofundó el Grupo Literario “JARAÍZ” y “Tomelloso através de sus vinos”.

Para no robar tiempo a la muestra poética que hoy nos brinda, voy a nombrar, sin entrar en detalle, premios que tiene en su haber: Loas a María, Pastora Marcela, Alcandora, Lola Peche, Ciudad de Montoro, La Roda, Asociación Amigos de Chinchilla, Repaso Neble, Chilanco, Paisaje Manchego y Poesía, La Bella Quiteria, Oeste, Premio Internacional de la Casa de Andalucía en Benicarló, Conil, Orden Literaria Francisco de Quevedo, Feliciano Roldán, Finalista del Premio Mundial Fernando Rielo, Finalista Antonia Pérez Alegre, Finalista del Premio de Poesía Pepa de Cantarero, entre otros.

Es Miembro de la Academia de la Hispanidad, Asociación de Escritores y Artistas Españoles, de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha Capítulo de Nobles Caballeros y Damas de Isabel la católica. Presidente Club UNESCO Arquitectura de Piedra en Seco los Bombos Tomelloseros.

La poesía de Natividad Cepeda resulta siempre una emotiva y sensorial ofrenda al lector. Escrita desde la vivencia, ilustra pasiones y sentimientos mediante brillantes cuadros escénicos de la tierra, las personas, la lucha por la vida. En su acertado ensamblaje de emociones, va cincelando perfiles y relieves donde el lector se reconoce. La presencia de los campos y las viñas está invariablemente fijada en el pensamiento de Natividad con deliberado empeño y querencia, al igual que las pasiones que provoca el amor, o el compromiso humano, tema éste inherente a la naturaleza solidaria de esta autora.


NATIVIDAD CEPEDA

Poemas del libro: Paraje del olvido –inédito-


QUEMA el café en los labios
como queman las sábanas cuando un cuerpo sediento
se busca en las  orillas de otro cuerpo desnudo.
En la distancia quema tu figura
posada en la memoria
que guarda fuego de tu boca.
Miro las dársenas vacías
y hay una dictadura de tristeza
con polvo de caricias.
             No quisiera evocarte.
Sigo arrastrando mi corazón de rebajas,
rodeada de angustia, de silencio,
mientras escucho en la distancia
los ladridos de perros vagabundos.

Y cuando te recuerdo
soy orgullo vestido de ternura,
una pequeña víctima
asomada al balcón de la inocencia.

Tu amor es una taza de café
que después de apurada
refleja desde el fondo
un mundo misterioso de latidos,
un mensaje, una historia,
una paloma blanca bajo el azul dormida.

               V


TU AMOR
es un otoño asomado a mi memoria
del que jamás escribiría.
No quiero que se sepa
que la primera tarde que viniste
ya habías venido muchas veces.

Tu amor,
al que siempre quisiera regresar,
es un sol necesario
que palpita en mi sangre,
una puerta que siempre dejo abierta
sin temor a que entre el ladrón
con cuchillos de muerte.

Desde la melancolía de estos versos de sal,
diluidos en taza de vieja porcelana,
yo invoco aquél amor
resplandeciente todavía
en las tardes sin sol de los inviernos.

Inviernos que no dejan calor en la iglesias
a pesar de los cirios encendidos
a las plantas de un Cristo cubierto de polvo,
aunque lo vea,
como si fuera una valla publicitaria
de la calle.


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           Dormido te contemplo 


Se agita entre los sueños: apenas si su boca
susurra palabras que no logro entender.
Lo contemplo igual que cuando a solas
me sumerjo en el claro oscuro del amanecer.
Portal de mi jardín son sus labios callados
de donde mana el flujo de la alquimia del beso
mientras galopa mi sangre en corceles azules
en el edén del pecho. Todo él es presencia.
Lo miro y algo en lo más profundo de mí ser
se levanta, incitando en mi cuerpo primaveras
de azogue y veranos de fuego nunca extintos.
No quiero aproximarme a su piel tan caliente,
si lo hago despertará la lava del volcán
que atesora. Pero es tan hermoso contemplarlo
en silencio, que renunciar no puedo a derramar
mi aliento por el caz de su cuerpo.


Pasa el aire agotado de recorrer distancias.
Trae infinitas ofrendas de los mares lejanos.
A punto de marcharse una estrella se asoma
y se posa en sus manos. Se disuelve fugaz
como nieve en  hoguera. Nada turba la noche,
ni tampoco le estorba el amor en la acequia
agitada del mundo su rumor prodigioso.
Lentamente mis dedos se deslizan suaves
por su cuerpo un instante. Temblamos
y balbucea la tierra. Se agitan palmerales
en los vastos desiertos de las noches del mundo.
Lo miro desnudo y sólo mío; tan de nadie,
parado ante mis ojos. Pasa el aire  por sus labios
fugitivo y ausente de los míos. Frontera
entre la niebla de la noche piernas entrelazadas
de alabastro de  dioses sin destino.
Aguarda en la oscuridad de la casa clamor
de bosques, lianas interiores, entre tanto la luna 
inmóvil nos contempla alojada en su espalda.
Este hombre dormido se asemeja a un muchacho
con muchas lunas vencidas entre noches de amor
con batallas ganadas y perdidas. Pero ahora
callado y en reposo el guerrero es mancebo
que da la bienvenida a la doncella dejándose
querer sin pedir nada.  Gozo de la certeza.
Cual altas son las almenas del sueño, amor mío,
tan desnudas de artificio que vadean mi temblor
y el tuyo como si antes de hoy nunca hubiéramos
tenido otras noches de amor. Otras tormentas.
Intemperie de nómadas: qué lejos las heridas
que a veces recibimos por huir de nosotros
dejando los vasares vacíos de horizontes.


Si yo no te mirará esta noche dormido, quizá
no escucharía el niño que te habita y se agita,
y  no me dolería amarte tantas veces con tanta sed
de amor, con tanta incertidumbre por la amplísima
senda de las horas nocturnas. Pero toda mi especie
desnuda se levanta al verte así rendido,
frutal ante mis ojos, esplendor hecho hombre
en mi matriz hundido. Porque si no te amara,
al despertar,  tú sabes, que seriamos dos parias
huérfanos de temblores sin tener  un nido
donde  guardar tus sueños y los míos,
ni podría  velar tu risa musical y encendida.
Luego, muchacho: hombre mío, reclina tu cabeza
en mi pecho, mientras acaricio el albo  de tu pelo
que sigue siendo hermoso. Todavía, en su cima
de nieve hay alondras  para mí al despuntar el día.

Dormido te contemplo mientras arde la noche.
Tal vez sólo por eso todavía te quiero.
                                                              

Premio Símbolo Pámpanas Amarillas del Trascacho 2011

Natividad Cepeda                                                                                                                 Juan Calderón



ALFREDO VILLAVERDE

Alfredo Villaverde Gil, nace en Guadalajara.
Estudió Magisterio en la Escuela Universitaria de su ciudad. Se licenció en Derecho y Psicología en la Universidad Complutense de Madrid: Es profesor en distintas áreas educativas, y también editor.
Amante y gran lector de los clásicos, desde muy joven Alfredo no ha parado de escribir. En 1974 sale a la luz el poemario “Confirmación de la intimidad”, su primera obra impresa; a partir de entonces sus publicaciones se han sucedido ininterrumpidamente. En la actualidad cuenta con una cincuentena de libros publicados, algunos reeditados, muchos de ellos traducidos al inglés, italiano, serbio, indú y japonés. Impresiona, ¿verdad?
Su abundante producción abarca poesía, narrativa, ensayo, teatro, literatura de viajes, gastronomía, guías turísticas, crítica literaria, biografía…
Para no quitar demasiado tiempo a su espacio de exposición poética, solo voy a mencionar: La sed de Tántalo, El Manuscrito de Lucena, La transparencia de las tinieblas y otros relatos, Los dardos de Eros…, y algunos títulos que pillen de camino.
Cuenta con numerosos premios y distinciones: Presidente de la India; Premio “Alfonso VIII”, por su obra El viaje prodigioso; Premio de Novela “Castilla – La Mancha”; “Quijote de Plata”, de Periodismo Turístico; Premio Mundial “Fernando Rielo”, por su conmovedor poemario AL AMOR DE TU LUMBRE; Premio “Europa Univérsitas”, de periodismo; “Barcarola”, “Manxa”, “Río Ungría”, “Zenobia”, “FEPETE” de narrativa, entre otros. Con la biografía de Nehru, obtuvo el reconocimiento del  Presidente de la India.
En 1995 lo proclamaron Castellano Manchego del Año; en 1998 fue designado “Popular del año” por el Semanario Alcarreño ´Nueva Alcarria´; en 2010 recibió un emotivo homenaje de los escritores castellano – manchegos.
Incansable divulgador y activista cultural, Alfredo Villaverde Gil ha fundado grupos literarios y asociaciones desde muy joven, es el caso del “Grupo Literario Enjambre”, del que fue su primer presidente; Orden Mesetaria del Buen trovar y Prometeo.
Ha pertenecido y pertenece a instituciones nacionales y extrajeras de alto rango, como la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo Castellano – Manchega; Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo, de la que fue Vicepresidente y Secretario General; pertenece a la Junta Directiva de la Asociación Prometeo de Poesía, de la que es cofundador, y a la Academia Iberoamericana de Poesía; es Presidente de la Asociación de escritores de Castilla – La Mancha.
Ha impartido un buen número de conferencias por Europa, Asia, y América.
Humanista, defensor de la libertad, la dignidad y los valores democráticos, su emocionada voz poética, su afán por crear siempre algo nuevo, su elegante estilo literario…, en fin, la suma de tal compendio de probidades ha hecho y hace que sea un querido y reconocido poeta, y profeta, en su tierra.
Alfredo Villaverde es un agitador de emociones, se palpa en su obra que no deja indiferente al lector. Sus escritos están macerados en el júbilo de celebrar la vida, que saborea con fruición. Su sentimiento poético transita invariablemente por veredas espirituales, carnales, filosóficas, oníricas, sentimentales…, incitando al que lee a pensar y sentir. Tiene gran conciencia de lo infinito, dentro de la asumida caducidad de lo terrenal.
Con personal lirismo, maestría y oficio, nos pasea por realidades poéticas  que divisamos y palpamos gracias a la destreza de su verbo capaz de pintar imágenes inequívocas, parajes tangibles, sabores detectables.               
Su poesía es una amplia e inquieta expedición vital. 
Algunos poemas leídos:

A UNA VIEJA TAZA DE TÉ.


Compañera fiel de amaneceres
tras noches desveladas con tu aliento,
miro tu piel sin lustre
al paso de los años compartidos
y acaricio el curso quebrado de tus venas
hasta pulsar el corazón desportillado
donde endulcé mis sueños,
donde sembró sus posos
la plenitud del gusto en tus entrañas.

Hoy por última vez
albergarás la flor de mis deseos
y filtrarán tus poros
la fragancia cautiva del recuerdo
en los campos de Darjeeling,
antes de que un hueco vacío en el vasar
dibuje en la memoria
nuestra historia de amor disuelta al fin
en el inmenso samovar de la melancolía.



                    _


EL CRISTO SINGULAR de mis abuelos
símbolo de dolor y redención
presidía la vida de la casa desde el muro
de piedra de la sala. Era una antigua talla
venida en devoción del otro lado
del Atlántico, herencia de una fe
tejida en la leyenda. Mis ojos infantiles
se vestían de luto cada vez que observaban
la piel de la madera envejecerse
bajo el humo ascendente del hogar
y un pátina de tiempo detenido
cubría el cuerpo exangüe cual sudario
de adoración y rito.

Ahora soy el custodio
de esta reliquia anclada en el hondón
de una vida que a ratos se deshace
en la memoria de este fervor de antaño.
Y en los atardeceres
cuando la brisa embruja los recuerdos
y el existir se desvanece en brazos
del ayer recobrado
escucho este latir del viejo leño
que golpea en mi pecho
hasta hacer resonar la voz de Dios
sobre el fragor que alienta
el devenir del mundo. 




              _



¿DÓNDE RESIDE EL ALMA secreta de las cosas?
Digo espejo y me asomo al hondón del tiempo
donde imagino ver a un joven sonriente
que acaricia mi rostro y endulza mis labios
mientras dice mi nombre. Entro en la casa
familiar que despliega su diapasón de piedra
en el silencio y oigo corretear de niños
mientras suena Chopin en el piano
y una pálida luna envuelve los espectros
de mis seres queridos que me llaman
a habitar esa aciaga residencia que me aguarda.

Deshecho está en cenizas el joyero
que guardaba los sueños imposibles, las glorias
y el laurel mientras se borran
en las brújulas singladuras y rumbos
que surcó un corazón sediento de aventura. 
El rastro del amor, su llamarada, se enroca
en el recuerdo como una enredadera que amenaza
con sofocar el existir presente y entregarme
en brazos del hastío cotidiano. La fe
se desayuna con la duda y en medio de este mundo
nihilista e incrédulo veo como naufragan
los hermosos principios que aprendí -honor, ahínco,
mérito- mientras el tintineo del poder y el dinero
va arruinándolo todo.

Es tan frágil el alma de las cosas, que yo busco
su latido en la mía y a veces se despierta
dentro de mí una lejana música, un eco indescifrable
que me guía en el ciego laberinto de esta ilusión
apenas compartida y desvelada de nuestra vida.



                     _


DE “LAS DÉCIMAS DE LA ESPERA”. (Del libro “Al amor de tu Lumbre” Premio Mundial de Poesía Mística “Fernando Rielo”)


                   I

   No me sirve la razón
   para sentir lo que siento,
   explosión en movimiento,
   planeta en el corazón.

   Universo en su sazón
   desprende, fruta madura,
   la llama de su hermosura
   que me abrasa y me seduce

   fanal que en la noche luce
   mi alma en su botadura.



               II

   Noche clara, negro día,
   círculo en su cuadratura,
   curva que en su derechura
   completa la alegoría.

   Ignorancia que sabía
   del Amor su penitencia,
   alucinada conciencia
   en éxtasis trastocada,

   luz que anuncia la alborada
   de una nueva residencia.


            III.

   Sueño sin soñar en mí
   y tanto alto sueño espero
   que a veces me desespero
   por querer llegar a Ti.

   Cegado por lo que vi,
   lo real e imaginado
   se extravían si el amado
   no se muestra en su estatura

   y vuelve mi desventura
   a soñar en lo soñado. 






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CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN "EL TRAZO Y LA PALABRA"