lunes, 12 de octubre de 2015


RECITAL DE POESÍA

JOAQUÍN PAVÍA CARDELL (selección de su obra poética)
 ANA MARTÍNEZ (presentación de su poemario CARTOGRAFÍA DEL DESEO)

en el espacio  VERSOS A-PALABRA 2 que organiza el GRUPO LITERARIO TINTAVIVA

Acto presentado por JULIA GALLO SANZ

(Celebrado el 5 de octubre de 2015 en el Salón de Actos CTM, Pza. Cristino Martos nº 1, esq. Conde Duque)



Joaquín Pavía                               Julia Gallo                               Andrés R. Blanco
Ana Martínez                             Julia Gallo                           Isabel Díez

Joaquín Pavía Cardell (presentado por Andrés R. Blanco)

Dice el diccionario de la RAE que “poeta: es la persona que compone obras poéticas”. Este señor que tengo a mi …, Joaquín Pavía Cardell, las compone. Y muy bien, añado. Es poeta. Yo también las compongo. De cómo dos poetas pueden establecer contacto entre ellos se nos pueden ocurrir unas cuantas maneras, todas relacionadas con el mundo artístico, literario o poético. Un recital como estos que organiza el Grupo Tintaviva, un encuentro o simposio de escritores, la pertenencia a organizaciones o asociaciones literarias, la asistencia a talleres… Por otro lado, hay también muchas cosas que pueden considerarse nulamente poéticas. Una de ellas es la Administración del Estado, vista como ente abstracto. Piensen ustedes en la Administración y en todo lo que les sugiere, y seguro que ninguna de esas asociaciones tiene que ver con la poesía. Pues precisamente gracias a la Administración, a trabajar los dos en ella es como Joaquín Pavía y yo nos hemos conocido. Un culturalmente inquieto grupo de esa Administración, la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto Nacional de Administración Pública (AEINAPE), creó un premio de poesía que Joaquín ganó en el año 2011, en su primera convocatoria, y yo en el año 2012. Al poco de ganarlo yo, recibí un correo-e de Joaquín -que estaba al tanto de la noticia- saludándome (no nos conocíamos) y felicitándome. Yo hice lo mismo al identificarse él y a partir de ahí cruzamos varios mensajes y alguna que otra de nuestras obras poéticas. A mí la suya me pareció de interés y es por lo que me decidí a invitarle a leer aquí, en los recitales de Versos A-palabra2 del grupo Tintaviva. Y aquí estamos.

Joaquín Pavía Cardell (Madrid, 1960) es licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, y por la Facultad de Derecho de la UNED. Ha participado en foros poéticos,
entre ellos el Maratón de Poesía 2010 de la Fundación FiART, con motivo del día internacional de la poesía el 21 de abril. También ha sido invitado por “La Mirada Actual”, que coordina Julia Sáez-Angulo, en un encuentro de poetas.

Ha publicado en edición virtual, gracias al Premio AEINAPE antes citado, el poemario “UNA ARAÑA EN SU TEJIDO”, y en la colección de poesía “El otro”, de Editorial Devenir, “LA FIESTA DE UN ENJAMBRE (ALMANAQUE), en 2013.





Hay un salto temporal importante entre la creación de ambos libros. El primero consta de poemas de los que el mismo autor dice que “fueron tejidos hace treinta años sin intención de capturar presa alguna, pues la propia tela servía de alimento”. Esto es, eran la transcripción poética de la experiencia vital de su juventud. Y Joaquín consideró en aquel momento que escribir poesía era una “forma tóxica de manifestar esa tántas veces experiencia errática que es el periodo juvenil”, por lo que a mediados de los 80 dejó de escribir. Y transcurrió mucho tiempo. Afortunadamente, en el año 2008 encontró sus manuscritos en una carpeta olvidada y la inquietud de la creación volvió a atraparle de una manera más sosegada y madura.

En este renacimiento a la poesía, Joaquín -dice- descubrió el placer de explorar y jugar con el lenguaje, lo que hace a menudo aproximándose al surrealismo y potenciando esa exploración con la ausencia de puntuación que caracteriza con frecuencia sus poemas. Dice en “Sólido”:

“Existe lo gris en los filos del aire
Desfallecida luz bajo paraguas
escribe fugazmente tus cabellos tierra azul
tierra distinta alrededor tu corazón sin lámpara”

Un juego del lenguaje y de los versos que a veces dota de carácter misterioso, como termina el mismo poema “Sólido” del inédito “ESTADOS DE LA MATERIA”:

“Un hombre inquieto escribe
sobre la ciudad inmóvil
Algo acaricia tu pecho y te busca
callada expertamente el corazón”

Poesía de propias claves, la de Joaquín, que en ocasiones exige un esfuerzo del lector para acceder al resplandor de su contenido. Poesía también de sorprendentes imágenes, a veces, y otras templado lenguaje, como estos versos del poema “Tacto” en el que aborda serenamente la placentera profundidad del erotismo:

“Hoy soy del tacto:
mi piel queriéndose agitada
en lo quieto de otras manos.
No respirar siquiera y ser vida suspendida;
ser del beso y la caricia,
de la erosión del abrazo.”

Juego y exploración que le llevan a la metapoesía en los versos iniciales de “Septiembre: Las palabras” de su libro “LA FIESTA DE UN ENJAMBRE”:

“Las palabras son limones
no
algunas palabras son
como limones
como algunos limones
su fragancia
como algunos limones
el brillo intenso
demasiado intenso para explicarlo
con palabras o limones”

Juego solidario y exploración empática en la aproximación a una de las enfermedades de nuestro tiempo en el bello, breve y preciso poema titulado “Alzheimer” del poemario CUESTIÓN DE TIEMPO, poema que acaba:

“Prisionera en el espejo
la soledad resulta atractiva:
soy yo otra vez
Un día más saboreo
el curioso privilegio
de no ser mi semejante”

Y, cómo no, introspección existencial, como en un poema de otro libro inédito, “LIQUIDACIÓN DEL IMPERIO”:

“No lograba recordar quién era yo entonces
qué versión de mi desesperaba
por ser otra versión más comprensible

Tal vez yo nunca había sido
Tal vez yo nunca tuve un yo”

Las que he citado son una brevísima muestra del interés y proyección de la poesía de Joaquín Pavía Cardell. Además de lo publicado, tiene mucho inédito que yo espero vaya dejando de serlo próximamente. Dice Joaquín en unas palabras a modo de poética, cuando se redescubrió a sí mismo en la poesía, que “Escribir fue la forma de acceder a un estado mental o anímico distinto, sumamente placentero. Uno se aislaba del mundo y se abandonaba, se dejaba ir, entrando en un estado de trance. El poema resulta ser como una postal que me enviaba a mí mismo desde ese ámbito para confirmar que había estado allí dondequiera que hubiese habitado.” Yo le voy a ceder encantado el turno para que nos envíe, esta vez a nosotros, con sus propias palabras, unas cuantas de esas postales. Remitente: Joaquín Pavía Cardell.



Andrés R. Blanco





Poemas de Joaquín Pavía Cardell


SIESTA


En mi mano cabe blanca
toda la tarde reunida
la extiendo sobre tu piel
como una sábana rota

Tu ingenua silueta toma
del sueño verde jardines
agua azul para las lámparas
derramada quietud
desnudez
tierra inventada

Sigue soñando el mundo
muchacha frágil callada
no desees largos brazos
para alcanzar frescas hojas
que cubran tu desnudez
la piel del bosque podría descoserte
y aún puedo yo arrancarte
la carne más alegre de las manos
haciéndote olvidar dímelo tú
dime tú qué

(De “Mientras duermes”)



SÓLIDO

II

El viajero despierta
Su lengua escribe cuerpos
escupe tu reflejo alrededor
Existe lo gris en los filos del aire
Desfallecida luz bajo paraguas
escribe fugazmente tus cabellos tierra azul
tierra distinta alrededor tu corazón sin lámpara
La luz del rayo blanco en la ventana
reúne lo invisible no pronuncia
redacta estrictamente el mundo alrededor:
una página muda sembrada de tildes
Una coma acaricia tu escote y espacia
el próximo momento de color

El viajero despierta
Escribe telegramas en el aire:
tus piernas por ejemplo
como una luz mortal bajo la falda
tus pies de un solo golpe
tus pasos cinco letras
sin quién sin hacia dónde
pero hallando
su ruta de papel sobre las aguas

El viajero despierta
Escribe desde dentro alrededor
de un viejo caleidoscopio
El cielo desciende empuja
la noche tan azul
Ellos duermen
fluyen
sangran sueños
Un hombre inquieto escribe
sobre la ciudad inmóvil
Algo acaricia tu pecho y te busca
callada expertamente el corazón


(De “Estados de la materia”) 




 
TACTO


Hoy soy del tacto:
mi piel queriéndose agitada
en lo quieto de otras manos.
No respirar siquiera y ser vida suspendida;
ser del beso y la caricia,
de la erosión del abrazo.

Obsequiarme con la brisa, suponer
que el aire emplea su tiempo
en darme íntima forma
o creer que de mí toma apariencia.

Sentir un día más sobre mi cuerpo
la grata transparencia de las sombras
cuando la luz ya sucedida no me llegue
o a ciegas apetecer
el labio que la noche nos ofrece.
Tacto soy: la piel no miente.

Ciega al brillo del sabor,
sorda al rumor del aroma.
Hoy soy del tacto: es lo que toca.

(De “Se va Isabel”)



MAYO: LAS FLORES

¡ Ah, si vieras tu huerto! Ya no hay rosas,
ni lirios, ni libélulas de seda

(Amado Nervo)


I

Te cuido
cuido tu jardín
sin verja y canto y no me oyes
llegar a tus mejillas

Comienza el día a querer ser
un día que termina
y yo te cuido
acaricio el vidrio del delirio
y nada ocurre en los relojes

Te cuido mientras duermes
en el estruendo salvaje de la neurosis

Acepta las voces que te trae la tarde
los ecos gastados de la vida
el aullido de la luz cicatrizada

Aire de rosas en tu jardín
sin verja tu jardín
de flores desdichadas

(De “La fiesta de un enjambre)


II

No lograba recordar quién era yo entonces
qué versión de mí desesperaba
por ser otra versión más comprensible

Tal vez yo nunca había sido
Tal vez yo nunca tuve un yo

Me eché sobre la hierba a contemplar
cómo giraba el mundo
y el huracán del sueño y la llovizna
de acero y el estruendo
del bosque incontenible y el gemido
de un cielo en sombra y el espacio
en el que respiraban las estrellas
colgadas de un pacífico silencio
y confirmé que nunca había sido
y renacía en mí la angustia y el espanto
del pájaro perdido en la tormenta

(De “Liquidación del imperio”)

                                                           Joaquín Pavía Cardell




Ana Martínez                       Julia Gallo                       Isabel Díez



Presentación del poemario CARTOGRAFÍA DEL DESEO, de ANA MARTÍNEZ (por Isabel Díez Serrano)


Buenas tardes: Es para mí un placer no cabe duda, estar aquí esta tarde presentando a Ana Martínez con su “Cartografía del deseo”, su segundo poemario. Tantos amigos a la vista, conocidos a quienes repito las gracias por estar acompañándonos. He de confesar que, lógicamente será difícil distanciarme del punto familiar y de amor que nos une, nada menos que “madre-hija” ¿hay un vínculo mayor que ése?, sin embargo haré un esfuerzo para no caer en la tentación del superfluo halago. Cuando vi que Ana escribía Poesía hace ya algunos, bastantes años, me dio un vuelco el corazón a qué negarlo. Cuando vi ya su primer libro casi terminado es cierto que, ansiosa, le eché un vistazo y le di algún consejo sobre lo que a mí me parecía que debía o no debía hacer en poesía -la experiencia manda- si bien la sorpresa fue grande cuando observé -pecata minuta fue- que había escrito un primer poemario digno de admiración, maduro ya en su primera realización, estaba totalmente identificada con la buena poesía contemporánea en cuanto a léxico, ausencia de rima, y casi perfecto musicalmente hablando, algo para mí también esencial aun cuando se trate de verso blanco. El poemario “Vértigo en la noche” era erótico, esa era la diferencia. El poemario se editó en Cultural Myrtos y tuvo muy buena acogida. 


Tres años después, me envía, ya en la Imprenta, la 1ª y 2ª galerada de su segundo poemario” Cartografía del deseo”, quiero decir con esto que aquí ya Ana Martínez se sentía segura de sí misma, ni siquiera me anunció que tenía este segundo hijo literario. Solo me comentó: -”Mama, mira a ver si le falta algún acento o alguna cosa gorda, si no, no me digas nada porque no voy a corregir ya más, como está va a salir”. No en balde es una gran lectora de Poesía y tiene la gran suerte, de haber sido llamada a filas. Nuevo vuelco del corazón ya que además, nada sabía sobre ello. Y me enfrasqué en la lectura no con ánimo de crítica, -ya estaba hecho- sino con el verdadero ánimo de disfrutar deleitándome y al tiempo sobreponiéndome de su contenido. De nuevo un libro érotico y para mí lleno de interrogaciones. Nada faltaba, nada sobraba bajo mi punto de vista poético, vocabulario exquisito, delicado, justas metáforas, solo había preguntas, exclamaciones ya que “Cartografía del deseo” trata el amor, el sexo, el deseo si se quiere, en toda su realidad carnal. Fuertes y a la vez suaves versos, sinceros y cargados de una gran ternura a veces por el amado, la amada, somos dos, somos tres...Para mí fue un pequeño caos, dado que como ya he dicho soy la madre, ardía en deseos de preguntar, no podía o no sabía sacar mis propias conclusiones en cuanto al fondo de la historia de amor allí implícita se refiere: “Con los ojos cerrados/ mi lengua se entretiene recorriendo las curvas/ que ascienden a la cima de tus pechos/ donde magnética me orienta/ hacia el irremediable destino de tu boca./ Y desde allí me ofrezco/ hombre a veces,/ mujer a trazos/ por los que diseño la ruta/ hacia la flor del almendro/ con la que compartirte.

O ...!Quizá seamos lesbianos/ que electricen guiños con su latido...”


Más adelante: 
Totalmente entregados/ mitad hombre, mitad mujer...”

U … “Hombre de ruda voz/ desvísteme de soles/ como piel de naranja rasgada entre tus dedos/. Yo puliré mujer, mujer tus versos/ en cálidos poemas con los que arrebujarte”.



 


El amor que la autora siente y ha sentido siempre además por la naturaleza hacen que este libro no solamente sea una confesión amorosa muy bien llevada a la escena, a la comunicación con los demás, nos deja la sensación de estar cruzando espacios -mapas- inundados por la belleza de los montes, de la sierra Norte, de la hierba y los arrozales del Este, el deseo en cada uno de los poemas, de las estaciones en que nos detenemos. Precioso poema: “Hoy te hablaré de nortes” que pido nos lea.

Según el poeta y crítico literario Sánchez Gartell, este deseo es un deseo carnal, pero también un deseo primario, afirmador: “Y así, ardiente/ compartiré mi fuego con tu risa/ y antes de endurecernos/ dejaremos que el agua nos disuelva”. Esta celebración del placer se expresa en una abierta sexualidad que no se queda en los límites del cuerpo, sino que aflora en toda circunstancia, más allá del territorio de lo íntimo. Orgasmos que inunda los campos de arroz, húmedos despertares, erecciones de manos, muslos que anuncian volcanes... Como el título del libro sugiere el mundo es el cuerpo y el cuerpo es el mundo, y el deseo vertebra a ambos.: “unas manos que recorriendo los cuerpos/ desnudaron las almas y encendieron pasiones/ con la ventana abierta y el sudor/ de sus pechos ofrecido al viento en la mañana/ después del erotismo desbocado/ perpetuando el deseo/ hasta el próximo encuentro... Descubramos juntas/ placeres y deseos sosegados, que nos hagan brillar/ inundando los rincones vacíos/ que pronto gestaremos.


Y es que el relato no es solo consistente, sino que se revela como un discurso poético, afirmador, erótico y al tiempo, de honda ternura. Territorios en los que la autora Ana Martínez muestra una fuerte convicción, una fe necesaria que es lo que hace que el arte pueda llamarse arte.


Y aquí les dejo, con olor a tierra y a barro, a musgo y a violeta para que puedan escuchar este latido, el latido de Ana Martínez entremezclado con el latir de sus versos.



Isabel Díez Serrano




Poemas de "Cartografía del deseo"


Apenas conocernos, tu abrazo repentino
dejó mi corazón al descubierto.

Entonces lentamente nuestras manos,
sin guiños ni relámpagos miradas,
hicieron el amor tan sin quererlo
que desvelé mi sueño, por si te aparecías.
Hoy te hablaré de Nortes,
del graznido que escucho en mañanas de febrero
cuando miles de ánsares atraviesan la sierra
persiguiendo el invierno por si les abandona.


Hoy te hablaré de robles,
resistentes al golpe de los vientos
que renuevan sus hojas marcescentes,
terciopelo rosado en primavera.

Hoy te hablaré de ríos,
de corrientes que rugen después de la tormenta
rebosando las charcas de alegría.

Hoy te hablaré de rocas,
de cuarzos y granitos, de gneises y esquistos
que increíbles afloran desgajando la tierra.

Hoy te hablaré de gentes,
de expresiones y dichos
que siguen augurando el marzo que mayea,
y burlan la fuerza de la nieve marcelina.

Hoy te hablo de tomillos,
de regueras y suertes que mantienen los pueblos
que siguen valorando “la hacendera”.

Te muestro mi paisaje
por si cierras los ojos
y decides venir cuando sople del Este. 

 


Quizá seamos amantes lesbianos que electricen
guiños con su latido.

Quizá el orgasmo nos sorprenda
con la simple erección de nuestras manos.

Quizá nuestra pasión
contagie a quien absorto
contemple con envidia la magia del embrujo.

Quizá nos encontremos y no queramos más
que dormir acurrucados
y seguir disfrutando el espejismo.

 


Me acerco a las violetas
diminutas que asoman
despidiendo el invierno y las últimas nevadas.

Me aproximo a su tallo
en sutil reverencia hacia la tierra
y cerrando los ojos inspiro lentamente
dejándome llenar por el aroma
a ricos caramelos de la infancia
que hoy comparto contigo
endulzando los gestos.




El encuentro llegó
y brillaron los ojos desde el primer abrazo.
Apartaron barreras, despejaron caminos
y reventaron todos los cerrojos
para darse sin dudas a lo desconocido.

Totalmente entregadas
adentraron paisajes conocidos con nueva geografía,
que hubieron de explorar
sin brújula ni mapas,
dejándose guiar por el deseo
compartiendo humedad
hasta estrenar orgasmos que anegasen
los campos de arrozal en La Albufera.



 

Esperando el almizcle de tus dedos
voy a guardarme todos los orgasmos
para ofrecerme intensa al placer de tus caricias.

Y cuando estés vampiro clavándote en mis hombros
escarcharme con gritos que provoquen
el estallido seco de tu reciente herida. 

                                                                      Ana Martínez





(Fotografías: Javier Bueno Jiménez)

 


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CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN "EL TRAZO Y LA PALABRA"